El día 21 de julio, fiesta litúrgica de San Lorenzo de Brindis, cuya muerte sucedió hace justamente 400 años en 1619, se constituyó en el principal reclamo para celebrar en Villafranca del Bierzo la solemne Clausura del AÑO DIOCESANO DE LA SANTIDAD, un tiempo de gracia que la iglesia particular de Astorga ha querido vivir con intensidad cristiana para expresar la vocación que todos los bautizados tenemos a la perfección de vida.
Tras un rato de tranquila oración junto al cuerpo de San Lorenzo de Brindis, que se venera desde poco después de su muerte en el Monasterio de La Anunciada, la asamblea se dirigió en procesión con la reliquia y la imagen del santo hasta la Colegiata de Santa María, donde tuvo lugar la solemne Eucaristía que fue presidida por Mons. Jesús Sanz Montes, al que se unieron otros Obispos como Mons. Santiago Agrelo, Mons. Manuel Sánchez Monge, entre los más conocidos.
Participamos Hermanas de las dos Comunidades de la Diócesis y a todas nos han quedado grabadas las palabras del Papa Francisco: “la santidad es el rostro más bello de la Iglesia”.