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  • Foto del escritorConcepcionistas OIC

Campo de trabajo en el monasterio de Ponferrada


Con motivo de la obra que vamos a realizar y, necesitando desalojar habitaciones, nos pareció que podíamos compartir la fe con jóvenes confirmados este año y ofrecerles una actividad que le ayudase a tomar contacto con nuestra vida y que sirviese para mantenerles incorporados a la Iglesia, dando impulso al don del Espíritu que acababan de recibir. Todo ello lo realizamos en conformidad con nuestro Obispo Mons. Jesús Fernández.


Ofrecimos varias fechas a lo largo del verano y la llevamos a cabo en la que había más jóvenes apuntados.


Como nos dio la impresión de que las familias (que no nos conocían) podían poner alguna objeción, la Comunidad optó por mantener sus objetivos y abrir la posibilidad a la familia de los confirmados. La experiencia de estos días nos la cuentan ellos mismos:


MaríaLe:


"¿Cuantas veces has pasado por el edificio del reloj sin pensar en qué había dentro? Yo llevo 10 años viviendo en Ponferrada y nunca me habría imaginado que en el interior se encontraba un convento de monjas como las que hemos conocido. Después de tres días de convivencia durante unas horas al día con esta familia, creo que nunca voy a poder pasar por allí y no pensar en mi familia nueva, las Concepcionistas Franciscanas.

Hablamos de la familia, de la vocación, de su idea de abrir el mundo" sea la comunidad, transportamos muebles, merendamos como la realeza, achicamos agua en un día de tormenta, hicimos figuras con plastilina y resolvimos puzles, lijamos sillas y ventanas, pero lo más importante fue a la reflexión a la que nos llevaron las palabras de las hermanas. Esta experiencia me transmitió una nueva cara a la vida religiosa, empatía, una nueva relación. con Dios, nuevos amigos y una familia distinta a la que teníamos pero que a la vez nunca olvidaremos".


María:


"Hace no mucho, las hermanas Concepcionistas Franciscanas, nos abrieron las puertas de su casa, y nos invitaron a conocer un poco de su vida. Me pareció un privilegio, ya que eso no suele suceder, y por eso me encantaría contar un poco mi experiencia. La verdad es que ha sido increíble, siempre que íbamos nos recibían con una alegría muy contagiosa, con las puertas de su casa, las de su corazón y los brazos bien abiertos. Nos invitaron a pasarlo bien a la vez que aprendíamos cosas sobre su casa, como que allí tienen una biblioteca, donde guardan un montón de libros antiguos muy chulos, o su labor en el mundo, que es muy importante, también les ayudamos con algunas tareas de reparación que nos propusieron, pero, sobre todo, aprendimos mucho sobre Jesús. Yo ahora sé un montón de cosas que antes no sabía, como por ejemplo que el monasterio guarda mucha historia en su interior, Y después de esta experiencia, estoy segura, de que su labor es la que sostiene el mundo"




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